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El humedal conocido como Las Tablas de Daimiel fue declarado Parque Nacional en el año 1973, Reserva de la Biosfera en el 1981 e incluido dentro del Convenio Ramsar en el año 1982. Se trata del último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, que es una formación que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela, favorecido por la escasez de pendiente en el terreno. Con su declaración como Parque Nacional se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación.
La flora en Las Tablas de Daimiel está adaptada a un clima extremo, suelos turbosos y limosos y aguas estaciónales y de condición salina, sin embargo, el entorno de Las Tablas ha ido cambiando a lo largo de los últimos 50 años debido al desarrollo agrícola y económico de la comarca. Este desarrollo ha afectado al acuífero del que se alimentan Las Tablas, generando periodos de sequía más prolongados. Y, esto sumado a un estado de cambio climático en el que el volumen de precipitaciones ha descendido notablemente, el Parque ve como poco a poco el agua va desapareciendo de su superficie. A día de hoy, Las Tablas tienen encharcadas 450 hectáreas de las 1.850 que son posibles.
Esta desecación favorece que las eneas (Typha sp.) avancen de forma rápida, ocupando el lecho de Las Tablas, y esta ocupación hace que láminas de aguas libres de vegetación, se conviertan en eneales prácticamente imposibles de gestionar. Además, la vegetación en estas zonas húmedas inundadas no tiene control actualmente debido a que los herbívoros silvestres han desaparecido de la zona y los ganaderos han estabulados sus animales, por lo que no hay un freno natural que ralentice su avance.
La Fundación Global Nature compró en 2017 una maquina segadora anfibia, por medio del proyecto LIFE Paludicola, con la que ha realizado trabajos de siegas en diferentes humedales de la Comunidad Valenciana, dado que no se podían realizar con otro tipo de maquinaria local. Esta segadora es una maquina profesional de apenas 1.400 kg de peso, 4’7 metros de largo por 2 de ancho y 2,1 de alto, dotada de un sistema de desplazamiento mediante orugas de caucho que no dañan la superficie del suelo cuando circula fuera del agua. Su parte navegable está compuesta por flotadores fabricados de aluminio resistente al agua salada, con estructura de acero galvanizado e impulsada por un motor turbo diésel de 45 hp.
A través de las acciones de difusión realizadas por la Fundación, esta máquina llegó a oídos del director del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz, quien solicitó a FGN realizar una prueba en los diferentes ambientes del Parque Nacional, para evaluar sus resultados en zonas con diferentes niveles de agua y poder de esta forma, tener una herramienta más ante el avance de la vegetación.
Máquina anfibia de la Fundación Global Nature, trabajando en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
La jornada de prueba se realizó concluyendo que la gestión de un espacio natural, no solo viene determinada por una única acción, sino por un conjunto de acciones coordinadas y previstas con antelación.
Trabajadores de la Fundación Global Nature, trabajando en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.
El próximo mes de octubre tendrá lugar el seminario de clausura del proyecto LIFE Paludicola, en el cual se contarán entre otras cosas, las acciones realizadas y los logros conseguidos gracias al proyecto, y al buen trabajo y promoción que se ha hecho del mismo, como es en este caso, de la acción de gestión de la vegetación con maquina anfibia.